Al magnate norteamericano Donald Trump, el Feng Shui le dio resultados millonarios. A principios de los 80 Trump estaba desesperado: su imperio se desmoronaba y la situación parecía irreversible. Entonces un amigo oriental le presentó a un maestro del Feng Shui. Valió la pena pagar por la consulta. El maestro llegó a la vida de Trump y la modifico completamente. Cambió de lugar escritorios, plantas y espejos de su oficina, la decoró con fuentes de agua en movimiento, puertas rojas y carillones de viento.
Donald Trump fue un pionero del Feng Shui en Occidente. Marcó el rumbo que siguieron muchos empresarios norteamericanos a partir de mediados de los 80', cuando comenzaron a mirar de reojo, con recelo y envidia, la importancia que las corporaciones financieras de Oriente les otorgaban a la construcción y al diseño de edificios.
Los arquitectos chinos diseñan los edificios comerciales para asegurar ganancias. Norman Foster, arquitecto inglés que trabaja en Hong Kong fue quien hizo conocer el Feng Shui en occidente. En aquella ciudad cada vez que se levanta un rascacielos, las construcciones aledañas precisan ajustes en su Feng Shui, porque se alteran las energías del lugar y no vaya a ser que por culpa del vecino a uno le empiece a ir mal.
La puja entre el Banco de Hong Kong y su vecino el Banco de China, es una muestra de la manipulación del Feng Shui en una sociedad despiadada y mercantilista como la de Hong Kong.
El Banco de Hong Kong, diseñado y construido por la firma de Foster, costó 679 millones. Pero la entidad pagó además un millón al maestro Feng Shui que evaluó la estructura energética del predio.
El Banco de China, del arquitecto I.M.Pei, gastó menos, pero no quiso quedarse atrás en estrategia. Fue proyectado con construcciones puntiagudas en diagonal, para neutralizar a su banco rival y a la residencia del gobernador. Se dice que tres gobernadores tuvieron serios problemas en su vida pública y privada hasta que se modificó el Feng Shui de la residencia.
En Estados Unidos, el Feng Shui se ha popularizado de tal forma, que hasta en los supermercados se consiguen los elementos para sus curas.
Un ejecutivo neoyorquino está absolutamente " out", si no tiene la oficina en la que aplica feng shui. Los agentes inmobiliarios promueven sus propiedades tratadas con Feng Shui: garantizan mejor relación con los vecinos, mejor rendimiento escolar de los hijos, mejor salud, mejor carácter del perro y más dinero.
Los avisos de ventas de los diarios describen la "calidad Feng Shui" de las viviendas y esto las cotiza un 10% más. En Wall Street, durante la última década, los bancos y entidades financieras que abren sucursales consultan con un maestro Feng Shui que dicta su veredicto sobre cuestiones tales como, disposición de la sala de directorio, del despacho del presidente de la entidad, ventanas para que fluya la energía y entre dinero y sobre todo, cuál es la mejor ubicación para el Tesoro.